CD – Termostato y occidente
Hoy me ha dado por pensar en las similitudes entre el termostato y los valores de nuestra cultura.
El termostato, todo el mundo lo conoce, es esa cajita con la que regulamos la temperatura de la casa y hace que la calefacción se vaya apagando y encendiendo.
Pues bien, para que la temperatura de la casa se regule, para que nuestra cultura funcione bien, hacen falta tres cosas:
- La rueda del termostato.- Es la temperatura que queremos conseguir, la consigna, el objetivo que nos marcamos, nuestra aspiración, el propósito, nuestra meta, la visión, nuestro deseo, …
- El termómetro.- Es lo que hay, la temperatura real de la casa, la situación que vivimos, la coyuntura, los indicadores, los datos objetivos, el entorno, los demás, …
- La caldera.- La que calienta o deja de calentar según la temperatura real esté por debajo o por encima de la que deseamos, es la acción, la energía, el movimiento, ….
A semejanza del termostato, en occidente estamos diseñados para conseguir objetivos: los nuestros personales, los de nuestra empresa, los de la sociedad, etc… Si no disponemos de objetivos definidos, es que algo anda mal, que no hemos hecho los deberes. Es objetivo prioritario marcarse objetivos; manos a la obra, debemos definir de forma clara y concisa adonde queremos llegar para no marchar a la deriva.
La empresa debe empezar definiendo su Visión y su Misión, la sociedad tiene los suyos (los políticos el déficit) y nosotros como individuos tenemos nuestras metas personales.
En el hinduismo se dice que toda acción que busca beneficios genera Karma. Y que mientras no limpiemos ese Karma, no conseguiremos el ideal de la liberación (Moksa). La forma de limpiar el Karma es la acción desinteresada, la que no persigue el beneficio, la que se hace porque se debe hacer.
No se como asociar la visión hinduista del mundo con el termostato, es que soy occidental y me cuesta aplicar lo de la acción desinteresada a los hechos cotidianos.
Será probablemente porque uso el intelecto para buscar la respuesta y al intelecto hay que dejarlo aparcado para conseguirla. Eso al menos es lo que dicen los maestros espirituales.
Estoy en ello y mientras tanto, funcionando como termostato, con la temperatura más o menos alta, con la caldera más o menos potente, sigo preguntándome si el frío o el calor no son tan solo sensaciones subjetivas, si al final va a tener razón la frase que dice «cero grados, ni frío, ni calor».
Quizás la cuestión es que clase de objetivos seguimos, los marcados por la cabeza,o los que nos guía el corazón. Quizás son estos últimos los que tienen que ver con la acción desinteresada, la que no busca beneficio personal , beneficio para nuestro «ego». Como dijo Carlos Castaneda nos debemos preguntar: » ¿tiene corazón este camino?. Si lo tienen es bueno; si no lo tiene no sirve para nada.». Por lo tanto preguntémonos,¿tiene corazón el camino que conduce a estos objetivos? , si lo tienen persigamoslos , que aunque no los alcancemos el camino habrá valido la pena.
LasaiBizi
Totalmente de acuerdo, este tipo de preguntas son las que obtienen las respuestas mas certeras.
El planteamiento ¿tiene corazón este camino? es todo menos racional al igual que su respuesta, la cual surge, pienso yo, de nuestro centro, como las intuiciones.