TEC – Ciber implantes cerebrales, Ghost in the shell

Más que de tecnología, de lo que voy a hablar hoy es de ciencia-ficción relacionada con la tecnología.

Continuando con el anterior post en el que hablábamos del touching, del contacto de las pieles como una práctica con múltiples beneficios, me he acordado del manga japonés «Ghost in the shell«.

Manga, película, serie de televisión y todo el conjunto de formatos que se suele dar cuando una historia gráfica tiene éxito.

Ambientada en un futuro no muy lejano, las personas han sido «mejoradas» mediante la robótica y los implantes cerebrales, los cuales potencian las capacidades físicas y mentales. Cyborgs y humanos retocados en diferentes grados, comparten ciudades y situaciones muy similares a las actuales. El título Ghost in the shell, en una traducción libre viene a significar «espíritu en la concha».

A imagen y semejanza de un cangrejo ermitaño, la protagonista, la mayor Motoko Kusanagi, tiene un cuerpo completamente cibernético y lo único humano que le queda es el «espíritu», el cual está «insertado» en su cerebro artificial. Para las personas que habitan esa época, la elección del cuerpo y las capacidades del cerebro, dependen de los recursos económicos y de los deseos individuales. El espíritu puede residir en cerebros artificiales, de la misma forma que puede hacerlo en la red, en internet.

Como veis, tan solo el planteamiento de la historia da para mucho que hablar, ¿dónde está el límite de lo humano?

Hoy, además de compartir este estupendo manga con todos vosotros, quería incidir en la cuestión de los límites de lo que llamamos YO. Animaros a experimentar la mutua influencia entre cuerpo-mente, cuerpo-espíritu, sentir la diferencia, si la hubiera, entre vivir la experiencia y pensarla.

A la espera de que lleguen los cyborg, este cuerpo nuestro es una estupenda residencia que tenemos que mantener limpia y ventilada. Yo iría incluso más allá y diría que es tan YO como YO mismo, también.