LOTO 2 – Castidad (3/..)
Hoy hablaremos un poco sobre la castidad.
Este es uno de los «mandamientos» del yoga de Patañjali que mas me preocupaba. Si para avanzar por el camino del yoga era necesaria la castidad, conmigo que no contaran. Por eso leí varias de las interpretaciones que se hacen los textos y afortunadamente para mí, siempre es posible encontrar alguna interpretación más tolerante. En este caso pasamos de la interpretación literal de la castidad como tal, hasta la interpretación que habla del control de las pulsiones que nos dominan.
Es por eso que cuando estaba leyendo el libro «Viaje a través de los chakras» de Anodea Judith me llamó la atención la existencia de fundamentos científicos que justificarían que la castidad facilita las visiones interiores.
Muy resumidamente la glándula pineal y la melatonina, asociadas con alucinaciones y visiones interiores, tienen efectos inhibidores sobre las glándulas sexuales y viceversa, las hormonas sexuales inhiben la secreción de melatonina.
Dicho esto, parece que la castidad es una condición sine qua non, pero sigamos un poco mas adelante para ver que no es así.
A continuación la autora, defensora de la sexualidad liberadora, nos presenta una serie de argumentos que, aun admitiendo lo anterior, no niegan la sexualidad.
Reconoce que la castidad puede contribuir en un momento dado a la apertura del chakra sexto (el tercer ojo), pero que practicada de forma permanente puede ser nociva, física y mentalmente. Físicamente puede producir envaramiento y dolores lumbares y mentalmente estrés, si no sabemos canalizar el exceso de energía de la abstinencia.
Se sabe que las culturas menos represoras sexualmente son menos violentas, son más tolerantes. Tampoco se observa que las personas célibes tengan un mayor grado de crecimiento espiritual.
El camino de la energía debe estar despejado en todo su recorrido, en el sexto chakra y también en el segundo chakra. Practicar una sexualidad sana, canaliza la energía vital, sana los corazones y nos acerca al otro, a lo diferente.
Sin este paso, no hay ascensión.
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