CD – YOGA en tiempos de confinamiento y nueva normalidad

(esta entrada es mi colaboración al Bole especial de verano, editado por Gelu con las colaboraciones del grupo de investigación del Yoga de la energía en España)

Lo que estos tiempos  de confinamiento y nueva normalidad nos van a dejar, aún está por escribir. Seguimos inmersos en un contexto cambiante dominado por la incertidumbre. Nos han pasado cosas, hemos vivido situaciones que ni siquiera éramos capaces de imaginar. A cualquiera que nos hubiera dicho hace tan solo unos meses que íbamos a quedarnos metidos en nuestras casas semanas enteras, vestir mascarillas y evitar el contacto físico, le hubiéramos tratado de loco.

Tal y como suele ocurrir con frecuencia, la vida se nos salió del guion. Tuvimos que cancelar, mover y añadir nuevos planes a la agenda. Lo que habitualmente nos ocurre a nivel individual, esta vez pasó a nivel colectivo, a nivel global. Lo que en esencia, sea individual o colectivo, no afecta a la forma en la que nos vamos adaptando a las situaciones. Primero miedo e incertidumbre, luego actuamos. Sigue la incertidumbre pero nosotros seguimos adelante. Así hasta habituarnos al nuevo-mismo mundo que nos rodea.

 

Ahora somos más virtuales. Si criticábamos a nuestros jóvenes por vivir mirando al teléfono y dentro de las redes sociales en un mundo de relaciones virtuales, “no-verdaderas”, ahora lo hacemos todos, y además le hemos cogido el gusto. Incluso hemos descubierto cosas buenas, ventajas. A los profesores de yoga, la virtualidad les ha permitido mantener una fuente de ingresos mediante las clases “a distancia” y a todos en general nos ha mantenido más próximos a nuestros seres queridos.

Miedo y solidaridad conviviendo juntos. La gente que ha estado en el frente de batalla, bien sea por el sentido del deber o bien por otras razones, ha demostrado una fuerza y dedicación ejemplar, reconocida por todos. La gente que hemos estado en la retaguardia hemos desarrollado el miedo. Alimentados por la virtualidad de las noticias: reales y falsas, el miedo se ha hecho fuerte en nosotros. Actuamos a la defensiva, con desconfianza. El yo superviviente ha cogido los mandos y ha apartado a todos los demás yos.

Superación, virtualidad/aislamiento, miedo instintivo inducido.

El contexto cambia en un mundo que es cambio. Todo sigue igual.

El yoga en estos tiempos es lo mismo que en cualquier otro tiempo: un camino, una búsqueda, una herramienta de discernimiento. Las Técnicas y el Ambiente.

A través de la práctica, bien sea en el centro de yoga, bien sea en el salón de nuestra casa, podemos ir desarrollando la sutilidad de la percepción y la claridad en el conocimiento.

Mas allá de las etiquetas, las experiencias, bien sean presenciales, bien estén mediatizadas por los teléfonos móviles, nos dejan una impronta que debemos relativizar y poner bajo la lupa de nuestra observación, en la calma interior.

En estos tiempos en los cuales hemos perdido contacto sensorial con el mundo que nos rodea, dejando más espacio aún a la mente parlanchina, manipulable, obsesiva,…, es bueno trabajar el dejar-pasar. Respirar y dejar-pasar, respirar y dejar pasar, con suavidad respirar y dejar-pasar.

El maestro sigue estando adentro.

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