LOTO 1 – La Tierra son los demás, también (2/..)
Antes de hablar de energías sutiles y del primer chakra, me gustaría hacer una pequeña reflexión.
Cuando en yoga hablamos de tomar contacto con la Tierra, con mayúsculas, tendemos a usar la imagen de un árbol y sus raíces penetrando el terreno, absorbiendo la energía telúrica y descargando nuestras impurezas.
Al hablar de la tierra, de raíces, de la conexión con la naturaleza, muy probablemente pensamos en algún paisaje que nos despierta buenas vibraciones, o que nos trae gratos recuerdos y sensación de bienestar. Es fácil construir una imagen agradable con estos ingredientes. Sin embargo, pocas veces pensamos en personas, muchas personas: los compañeros de trabajo, los vecinos, la sociedad; en una palabra, los demás. Desconozco la razón, pero probablemente sea qué es más fácil tener buenas sensaciones, cuando en la escena no hay nada ni nadie que nos sugiera conflicto. Y los conflictos, en la mayoría de los casos los tenemos con personas.
Pero cuando hablamos de tomar Tierra, ambos conceptos, ambas energías, el paisaje y sus habitantes, son la misma. Somos un cuerpo material que se alimenta y se relaciona con la tierra; y también somos parte de una consciencia colectiva, de una herencia cultural, miembros individuales de una entidad mayor.
Por eso cuando tomemos contacto con la Tierra, debemos incluir a los demás.
Cuando nos enraizamos en el grupo, también intercambiamos energía. Bien sea el grupo sin rostro, la humanidad, o el grupo con rostro, mis vecinos por ejemplo, recibo seguridad, reconocimiento, referencias, etc.. y entrego lo mismo. Cuando me enraizo en el grupo, pierdo el decorado individual y regreso a algo más básico e informe, algo fundamental, esencia misma de mi persona, de todas las personas. Con ello se refuerzan los apoyos, los cimientos, y se generan las condiciones para poder crecer. No hay edificio alto sin buenos cimientos, ni árbol grande sin raíces profundas.
Esta es la energía del primer chakra.
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