CD – Liberación y Manifestación

En el libro, «Nueva guía de los chakras» Anodea Judith habla de Liberación y Manifestación para referirse al recorrido ascendente y descendente de los chakras.

La corriente ascendente, de liberación, es la que más comúnmente se asocia a los chakras. Identificada con la liberación personal, define un recorrido en el que nos vamos desprendiendo de los aspectos terrenos y materiales para llegar a los más espirituales, a espacios sin limitaciones.

La corriente descendente, de manifestación, menos glamurosa, es la que permite que nos manifestemos a través de nuestras obras. Partiendo de la conciencia pura, vamos densificando la energía, hasta llegar a concretarla en algo manifiesto. En el libro se cita el siguiente ejemplo: Para escribir una pieza de teatro, empezamos por una idea o concepto (chakra séptimo); luego la idea se convierte en una serie de imágenes (chakra sexto) , que pueden comunicarse a los demás en forma de argumento (chakra quinto). Conforme se desarrolla la idea y otras personas toman parte en el proyecto, entramos en un conjunto de relaciones que van a servir para realizarla (chakra cuarto). En ello emplearemos nuestra voluntad y nuestra energía (chakra tercero). Pasamos a ensayar los actos y reuniremos los elementos conceptuales y físicos (chakra segundo), hasta que se representa la obra en el plano físico (chakra primero) en presencia de un público.

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A la corriente de liberación yo la llamo el crecimiento vertical, a la de manifestación, el crecimiento horizontal.

La autora nos dice que cada paso descendente es su un paso limitativo, una restricción a la libertad, manifestarse en limitarse. Nos obliga a establecer fronteras, a concretar a definir estructuras y formas. Ejercer una profesión, criar un hijo, acabar una carrera o crear cualquier cosa tangible, nos obliga a imponernos limitaciones.

Para ambos recorridos es necesario disponer de chakras abiertos y activos. ¡Y en eso estamos!

Todo lo anterior me ha sugerido varias reflexiones. La primera, es que estamos prácticamente todo el día viviendo en la corriente descendente y muy poco o nada en la corriente ascendente. El mundo de lo manifiesto, en el cual estamos cuando tenemos los ojos abiertos, es el que habitamos durante más tiempo. Además, no podemos no estar en él, mientras sigamos vivos quiero decir. No es una opción estar o no, el mundo nos rodea. Queramos o no, hacemos cosas, por acción u omisión, ahora bien, ¿sabemos qué es lo que queremos manifestar?¿somos conscientes de ello?

Para saberlo, yo pienso que es necesario un viaje ascendente a nuestra conciencia y echar un vistazo a lo que se mueve por allí. Primero crecer verticalmente para crecer horizontalmente.

No saber qué es lo que queremos expresar, es vivir sin sentido.

Hay varias formas de llegar, el yoga es una de ellas, una de las mejores. En el Yoga de la Energía, a lo que hay por encima de nuestras «cabezas» le llamamos Las Fuentes.

Yo os invito a que os hagáis la pregunta: ¿qué es lo que manifiesto/hago?¿qué es lo que quiero manifestar/hacer? La respuesta merece la pena

 

(En este curso 13-14, vamos a hacer un recorrido ascendente de los chakras, uno por seminario. No dejéis de informaros)

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